Los auténticos homenajes que tienen valor son aquellos que se realizan desde el corazón, con los sentimientos a flor de piel y con la sencillez del alma desnuda.
Ayer Domingo 7 de Marzo, un grupo de hombres y mujeres, de personas mayores, de adultos, de jóvenes y de niños de su pueblo natal le brindaron a Miguel Hernández la mejor fiesta de celebración por el Centenario de su nacimiento. Porque “aunque parece que a los muertos todo les da lo mismo, no es así” como dijo Miguel Hernández en el homenaje a Ramón Sijé.
Fue un espectáculo sin profesionales pagados a sueldo, sin discursos vacíos de sentimiento donde las palabras suenan huecas, sin grandes lujos ni deslumbrantes escenarios.
Fue una tarde de encuentro alrededor de un escenario sencillo, donde las imágenes y los sonidos iban brotando a un ritmo constante con gran dinamismo provocando en nosotros la expectación de lo inesperado.
Sucedieron una serie de actuaciones llenas de cariño, repletas de emociones, donde la intensidad del mensaje y la valentía de los protagonistas en el escenario hacían sentirnos cómplices admiradores de un espectáculo inimaginable.
Los niños pusieron la nota entrañable no exenta de claro mensaje reivindicativo. Resultó muy curioso volver a escuchar después de tantos años el himno que compuso Miguel a su equipo de fútbol “La Repartiora” con las voces de la tercera edad. La ternura solidaria apareció cuando vimos a los chicos y chicas del Centro Oriol. La fuerza de la juventud emergía como un vendaval de la mano del rap y el graffiti, demostrando que ellos son el futuro.
Las primeras emociones fuertes surgieron al escuchar el Niño Yuntero con la valiente Lola, el corazón empezó a latir con fuerza con la cariñosa defensa de la libertad sexual sellada con hermoso beso apasionado.
Pero aún había más que vivir en esa preciosa tarde. La bailarina Maribel daba unos toques de plasticidad a la escena mientras Jesús y Trini ponían bella música a los versos de Miguel. La intensidad fue subiendo de tono cuando Las Mujeres para la Libertad recitaron una Elegía encomiable. Pero el clímax se alcanzó con la desgarradora intervención de Eduardo que nos puso los pelos de punta y arrancó una ovación de gala.
Al final del espectáculo salieron los protagonistas al escenario a saludar con la imagen de Miguel Hernández presidiendo todo el Teatro Circo y todo el público se puso en pie aplaudiendo enardecido. La salida de Eduardo embargado por la emoción al ver culminada su obra y la de todos ellos, hizo que nuestros ojos se inundaran en clara complicidad y muestra de reconocimiento del éxito.
La dirección de Emilio y Carmen fue magistral, fueron capaces de transmitir un mensaje limpio, fresco, espontáneo, tierno y lleno de fuerza.
Ayer estos hombres y mujeres hicieron historia en Orihuela. Ayer pusieron a un pueblo en pie orgullosos de su poeta. Ayer consiguieron lo que nadie había conseguido hasta ahora y fue lograr que gobierno y oposición se fundieran en un abrazo emocionado en torno a su pueblo y a su poeta.
Ayer Miguel tuvo su mejor fiesta de cumpleaños.
Felicidades a todas las personas que lo hicieron posible.
Ayer Domingo 7 de Marzo, un grupo de hombres y mujeres, de personas mayores, de adultos, de jóvenes y de niños de su pueblo natal le brindaron a Miguel Hernández la mejor fiesta de celebración por el Centenario de su nacimiento. Porque “aunque parece que a los muertos todo les da lo mismo, no es así” como dijo Miguel Hernández en el homenaje a Ramón Sijé.
Fue un espectáculo sin profesionales pagados a sueldo, sin discursos vacíos de sentimiento donde las palabras suenan huecas, sin grandes lujos ni deslumbrantes escenarios.
Fue una tarde de encuentro alrededor de un escenario sencillo, donde las imágenes y los sonidos iban brotando a un ritmo constante con gran dinamismo provocando en nosotros la expectación de lo inesperado.
Sucedieron una serie de actuaciones llenas de cariño, repletas de emociones, donde la intensidad del mensaje y la valentía de los protagonistas en el escenario hacían sentirnos cómplices admiradores de un espectáculo inimaginable.
Los niños pusieron la nota entrañable no exenta de claro mensaje reivindicativo. Resultó muy curioso volver a escuchar después de tantos años el himno que compuso Miguel a su equipo de fútbol “La Repartiora” con las voces de la tercera edad. La ternura solidaria apareció cuando vimos a los chicos y chicas del Centro Oriol. La fuerza de la juventud emergía como un vendaval de la mano del rap y el graffiti, demostrando que ellos son el futuro.
Las primeras emociones fuertes surgieron al escuchar el Niño Yuntero con la valiente Lola, el corazón empezó a latir con fuerza con la cariñosa defensa de la libertad sexual sellada con hermoso beso apasionado.
Pero aún había más que vivir en esa preciosa tarde. La bailarina Maribel daba unos toques de plasticidad a la escena mientras Jesús y Trini ponían bella música a los versos de Miguel. La intensidad fue subiendo de tono cuando Las Mujeres para la Libertad recitaron una Elegía encomiable. Pero el clímax se alcanzó con la desgarradora intervención de Eduardo que nos puso los pelos de punta y arrancó una ovación de gala.
Al final del espectáculo salieron los protagonistas al escenario a saludar con la imagen de Miguel Hernández presidiendo todo el Teatro Circo y todo el público se puso en pie aplaudiendo enardecido. La salida de Eduardo embargado por la emoción al ver culminada su obra y la de todos ellos, hizo que nuestros ojos se inundaran en clara complicidad y muestra de reconocimiento del éxito.
La dirección de Emilio y Carmen fue magistral, fueron capaces de transmitir un mensaje limpio, fresco, espontáneo, tierno y lleno de fuerza.
Ayer estos hombres y mujeres hicieron historia en Orihuela. Ayer pusieron a un pueblo en pie orgullosos de su poeta. Ayer consiguieron lo que nadie había conseguido hasta ahora y fue lograr que gobierno y oposición se fundieran en un abrazo emocionado en torno a su pueblo y a su poeta.
Ayer Miguel tuvo su mejor fiesta de cumpleaños.
Felicidades a todas las personas que lo hicieron posible.
Manuel Gallud Gilabert. Concejal de Los Verdes de Orihuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario