El Grupo Municipal de Los Verdes en el Ayuntamiento de Orihuela quiere hoy enseñar a los oriolanos cuál es la política de Dña Mónica Lorente respecto a este municipio, y como el desinterés y la pésima gestión dan fruto a situaciones más propias de un país bananero que de un municipio europeo en pleno siglo XXI.
Pongámonos en situación: cualquiera de nosotros transita, en silla de ruedas o con alguna deficiencia física, por la Avenida Marqués de Lacy, arteria principal de la partida rural de La Murada. Normalmente, y así sucede en gran parte del término municipal, el circular con una silla de ruedas se convierte en una odisea para la persona en cuestión, pero en La Murada la situación adquiere tintes que serían cómicos sino fuera porque afectan a personas con problemas físicos. Como vemos en las fotografías, en uno de los casos, cuando el afectado sube la rampa (por supuesto, después de sobre pasar un resalto que no está a cota cero como debería) se encuentra, de frente, con un maravilloso cartel que explica la existencia y características de un algarrobo; justo tras el cartel, aparece el espacio destinado al árbol delimitado con una construcción de obra, pero… ¡el árbol no está! Tal vez sea mejor la definición de alcornoque refiriéndose a quien dio la orden de talar el árbol, mantuvo el cartel y no se dio cuenta de que la rampa tropezaba directamente con este obstáculo. Pero, ¡ aún hay más!: en otra de las rampas, situada en la bocacalle siguiente a la que hemos descrito anteriormente, además del susodicho resalto, la persona que circula con silla de ruedas vuelve a encontrarse de frente con una construcción de obra que simula las almenas de un castillo. Dicha obra apenas deja pasar, y en una esquina de la acera, el espacio de una silla de ruedas, con lo que obliga a los afectados a hacer maniobras para transitar por allí. Suponemos que habrá que atribuírselo al interés de la Sra. Alcaldesa y de su Equipo de Gobierno porque las personas discapacitadas adquieran una destreza en su maniobras mayor que la del resto de ciudadanos españoles, porque sino no se explica semejante carrera de obstáculos en menos de 200 metros.
Continuamos con otra jaimitada que, desgraciadamente, se repite en nuestro municipio de manera constante: en el barrio de Los Cutillas, también en La Murada, las farolas públicas se encuentran dentro de un recinto privado. Esas farolas se situaron allí con anterioridad al vallado del terreno y, cuando éste se hizo, nadie del Ayuntamiento fue capaz de situar este alumbrado público fuera de una finca privada. Así, con el dinero de todos damos luz a un jardín particular, y si el día de mañana el dueño impide el acceso a los operarios del Ayuntamiento, habremos regalado alumbrado público a ciudadanos privados.
Como vemos, estas situaciones (y otras muchas que este Grupo Municipal irá desgranando) son la realidad palpable del municipio que tenemos gracias al gobierno del PP oriolano. Tal vez la Sra. Lorente no se dé cuenta de que no basta con inauguraciones y actos para que las cosas se hagan realidad, que hay que trabajar; que es engañar a los ciudadanos el prometer, por ejemplo, que se va a arreglar la Plaza Luis Almarcha, en La Murada, ¡dos años después de que este Grupo Municipal lo denunciara! Menos palabrería y más trabajo, ¡ale, a trabajar! Sra. Lorente.
Pongámonos en situación: cualquiera de nosotros transita, en silla de ruedas o con alguna deficiencia física, por la Avenida Marqués de Lacy, arteria principal de la partida rural de La Murada. Normalmente, y así sucede en gran parte del término municipal, el circular con una silla de ruedas se convierte en una odisea para la persona en cuestión, pero en La Murada la situación adquiere tintes que serían cómicos sino fuera porque afectan a personas con problemas físicos. Como vemos en las fotografías, en uno de los casos, cuando el afectado sube la rampa (por supuesto, después de sobre pasar un resalto que no está a cota cero como debería) se encuentra, de frente, con un maravilloso cartel que explica la existencia y características de un algarrobo; justo tras el cartel, aparece el espacio destinado al árbol delimitado con una construcción de obra, pero… ¡el árbol no está! Tal vez sea mejor la definición de alcornoque refiriéndose a quien dio la orden de talar el árbol, mantuvo el cartel y no se dio cuenta de que la rampa tropezaba directamente con este obstáculo. Pero, ¡ aún hay más!: en otra de las rampas, situada en la bocacalle siguiente a la que hemos descrito anteriormente, además del susodicho resalto, la persona que circula con silla de ruedas vuelve a encontrarse de frente con una construcción de obra que simula las almenas de un castillo. Dicha obra apenas deja pasar, y en una esquina de la acera, el espacio de una silla de ruedas, con lo que obliga a los afectados a hacer maniobras para transitar por allí. Suponemos que habrá que atribuírselo al interés de la Sra. Alcaldesa y de su Equipo de Gobierno porque las personas discapacitadas adquieran una destreza en su maniobras mayor que la del resto de ciudadanos españoles, porque sino no se explica semejante carrera de obstáculos en menos de 200 metros.
Continuamos con otra jaimitada que, desgraciadamente, se repite en nuestro municipio de manera constante: en el barrio de Los Cutillas, también en La Murada, las farolas públicas se encuentran dentro de un recinto privado. Esas farolas se situaron allí con anterioridad al vallado del terreno y, cuando éste se hizo, nadie del Ayuntamiento fue capaz de situar este alumbrado público fuera de una finca privada. Así, con el dinero de todos damos luz a un jardín particular, y si el día de mañana el dueño impide el acceso a los operarios del Ayuntamiento, habremos regalado alumbrado público a ciudadanos privados.
Como vemos, estas situaciones (y otras muchas que este Grupo Municipal irá desgranando) son la realidad palpable del municipio que tenemos gracias al gobierno del PP oriolano. Tal vez la Sra. Lorente no se dé cuenta de que no basta con inauguraciones y actos para que las cosas se hagan realidad, que hay que trabajar; que es engañar a los ciudadanos el prometer, por ejemplo, que se va a arreglar la Plaza Luis Almarcha, en La Murada, ¡dos años después de que este Grupo Municipal lo denunciara! Menos palabrería y más trabajo, ¡ale, a trabajar! Sra. Lorente.
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